¿Cómo sería una industria de la moda libre de corrupción que fomente el desarrollo productivo y económico del país?
1.- Educación. Hace algunos años escribí un artículo sobre una terrible noticia que aquejó a la industria: el cierre de la única escuela pública dedica a la industria del vestido en el país: La Corregidora de Querétaro. Esta escuela que formaba trabajadores capacitados para el desarrollo y construcción de prendas, quedó desplazada de la agenda.
En ese momento me pregunté si a partir de esta casi trágica noticia, la mano capacitada y pensante para desarrollar vestido, sería segregada de la mínima oferta de educación técnica superior y pasaría a ser parte de una escasa educación secundaria técnica . ¿Qué será de esta industria sin la mano casi irreemplazable, para crear dentro del país los vestidos que a diario usamos?.
En ese mismo texto, mencioné el vicio que corre tras las certificaciones gubernamentales, como el RVOE de la SEP que son utilizadas para evaluar y capacitar superficialmente a las personas sin otorgarles realmente la habilidad de crear y trabajar en empresas del vestido, creando currículas y avalando licencias de baja calidad que no preparan a los estudiantes a este mercado tan competitivo y complejo, retrasando vorazmente el desarrollo de los individuos, las empresas y por consecuencia la economía entorno a la industria del vestido.
2.- Trabajadores. La experiencia de desarrollar una empresa que conforme a las leyes y normas laborales estipuladas tanto en la constitución y los códigos civiles y laborales – que tanto han costado al trabajador en la historia-, dejan ver una enorme problemática entorno a la política laboral. Nuestro gobierno debe sanar las instituciones públicas que brindan el servicio de salud y vivienda para los trabajadores. Las cuotas patronales y las leyes laborales son instrumentos antiguos que requieren revisión puesto que hoy en día la pequeña y mediana empresa difícilmente logra desarrollarse en un estado de derecho laboral en el que la credibilidad y la calidad de los modelos de estas instituciones se encuentran obsoletos y totalmente en abandono.
Las aportaciones de los empresarios y los trabajadores se han convertido en más de un 30% del salario del trabajador y sin verse reflejadas en la calidad de los servicios y el bienestar de los trabajadores, generando inestabilidad y retrasando vorazmente el desarrollo de las empresas.
La explotación y manipulación del trabajador en las cadenas productivas de esta industria, el salario mínimo y las condiciones agrestes en el mercado, nos convierten en víctimas y victimarios de un modelo americano de industria en el que las cosas se han salido de control en materia laboral.
3.- Empresas. El entorno se vuelca a lo agreste si hablamos de la cadena de suministro dentro de empresas productoras del vestido, orillándonos a convivir en un entorno de baja producción y consumo del vestido nacional, apelando a la revisión de dos factores importantes entorno al modelo que existe en la Industria actual.
4.-Cultura y Sociedad Mexicana. Hoy en día son sinónimo de clasismo. Lo naco y lo bien, es algo que nos divide profundamente desde tiempos muy lejanos. La industria de la moda se encuentra en vías de promover la transformación de los estereotipos que lo único que promueven es el culto a lo güerito y el rechazo a lo moreno, a lo mestizo; no por nada somos uno de los mas grandes consumidores de logos, tintes rubios y cirugías de nariz, insignias de poder que nos representan en esta sociedad donde la lucha de clases no ha terminado, y no terminará hasta que nuestra sociedad se recomponga y celebre la diversidad, la diferencia y el respeto al ser humano.
Este domingo tenemos mucho que lograr, la vestimenta es siempre una eleccion politica, algo que habla mas aya de la superficie, un motor de la economía, del pensamiento y de la sociedad.
Por: Montserrat Caballero
Directora y Fundadora de TALLER Fashion Development Project.