Moda Mexa: diseñando nuestra cultura de forma ética
Inspirarse en las raíces culturales de un lugar sin caer en las apropiaciones o el plagio. Reinventar la cultura. Partir de la tradición para crear vanguardia. Mirar al pasado para diseñar el futuro. Celebrar a México, en todas sus facetas, con piezas que hablan un lenguaje universal. La moda, cuando se produce de manera ética, tiene esa capacidad.
Hoy que festejamos un año más de la independencia de nuestro país, te presentamos una lista de diseñadores mexicanos que parten del folklore, de nuestras tradiciones y de las técnicas artesanales de las comunidades indígenas para crear colecciones que reinventan nuestro legado y a la vez lo preservan.
El diseñador mexicano-japonés resignifica sus raíces mezclando nuevas tecnologías textiles con el trabajo artesanal de comunidades indígenas para crear piezas atemporales, y a la vez contemporáneas que funcionan en cualquier lugar. Las reinterpretaciones de los kimonos, las técnicas ancestrales, y los diseños de las comunidades oaxaqueñas y wixárikas son parte de su ADN, al igual que la estructura y la androginia en sus colecciones de mujer.
Carla Fernández trabaja a la vanguardia de la moda ética, documentando y revitalizando el patrimonio textil de las comunidades indígenas de México. Sus diseños, que no por ser tradicionales dejan de ser progresistas, son creados en conjunto con más de 175 artesanos en 12 estados, y han sido expuestos en sitios como el Victoria & Albert Museum en Londres, Isabella Stewart Gardner en Boston, y el Fashion Institute of Technology en NY.
En su dirección creativa de la firma de ropa masculina The Pack, Patricio Campillo trae el concepto del tradicional charro mexicano a la contemporaneidad, versionando el folklor mexicano en colecciones vanguardistas que también empujan los límites de la moda de hombre hasta rozar lo genderless. Además, la misión de la marca es hacer un impacto social positivo, a través del comercio justo y el uso de materiales sostenibles y biodegradables.
Con su marca homónima, Denisse Kuri crea piezas de arte vestibles, de corte simple pero con texturas extremadamente laboriosas, que enaltecen y preservan la herencia cultural de las comunidades indígenas en Chiapas, Puebla, Oaxaca, Tlaxcala, Veracruz y Guerrero, con las que trabaja en conjunto de forma ética. La cerámica, las técnicas antiguas, los colores de la tierra y de la arcilla son algunas de sus inspiraciones más comunes.
Primero en Yakampot, donde puso el diseño tradicional en boca de todos, y ahora con su marca Cancino, el diseñador toma inspiración del pasado para adaptarse al futuro, recuperando saberes ancestrales de las comunidades indígenas y mezclándolos con el minimalismo, la pureza, el arte, y su particular visión del imaginario mexicano en colecciones de moda ética que cuentan historias y hablan de México de muchas maneras.
A través de su firma Casilda Mut, la diseñadora recupera la herencia cultural de su natal Chiapas, trabajando junto con diseñadoras indígenas técnicas tradicionales como el bordado, el tejido a telar de cintura y el plisado para crear piezas que son modernas, y sin embargo, respetan su cosmovisión. Además de mantener su legado, la firma dignifica a las mujeres indígenas apoyando su desarrollo.
Originaria de Nayarit, Patricia lucha por la comunidad wixárika a través de la moda con su marca Patricia Govea Collection, que co-diseña con mujeres indígenas de la Sierra Madre Occidental, y las apoya para que tengan mejores condiciones de vida a través de programas de educación, salud y para integrarlas al mercado formal. En febrero del 2020, presentó sus colecciones en la Semana de la Moda de Nueva York.
La diseñadora, que también formó parte del equipo de Yakampot, combina en su firma Collectiva Concepción la feminidad, la sutileza, la elegancia y las tradiciones textiles y artesanales mexicanas. Sus colecciones son declaraciones de amor a los pueblos indígenas, que busca hacer resonar en todo el planeta. Trabajadas en conjunto con más de 40 comunidades rurales, tienen el compromiso de enaltecer y elevar la vida de quien las hace.
Aunque es de origen francés, su marca Cihuah, que significa mujer en Náhuatl, es un homenaje a las mujeres, cultura y tradiciones de México. Sus diseños parten de la geometría y el blanco y negro para hacer piezas atemporales que reinterpretan la noción del diseño local. Además, sus procesos son sostenibles: sólo trabajan made-to-order, con moldería zero-waste y materiales que no contaminan, como piel de nopal, y Bioartex, un biotextil a base de celulosa bacteriana que les valió un premio en el Design Week México 2019.
Partiendo de la apreciación de la indumentaria tradicional indígena de México, y a través de colaboraciones con artesanos principalmente de Chiapas, Guilherme Jester desarrolla prendas genderless y atemporales que reinterpretan las técnicas tradicionales en patrones de última vanguardia, que fabrica con procesos circulares y materiales sostenibles.