#Fashioncritics Carta de nuestra fundadora: La moda en un estado pre-devastado consecuencia de su propia configuración económica,  política y académica 

#Fashioncritics Carta de nuestra fundadora: La moda en un estado pre-devastado consecuencia de su propia configuración económica, política y académica 

Una grieta cada vez más  profunda se muestra en lo que hoy llamamos industria de la moda global. En el mercado mexicano vivimos una economía mixta, un poco controlada por el estado y mucho controlada por el capital privado; un mercado oligárquico en el consumo de calzado, ropa y accesorios, con un pequeño frente de nuevos o seminuevos emprendedores que apenas sobreviven en una política orquestada para el mantenimiento de esta economía,  un mercado muy cerrado. Hoy en todo el mundo las oligarquías de la moda han perdido en un mes hasta un 50% de su valor en el mercado, ¿qué se espera de la educación de moda en estos tiempos? y ¿es esto en verdad la oportunidad para hacer una transformación en la industria de la moda? A continuación un breve recorrido bastante personal por algunos factores a tomar en cuenta para que no arda el optimismo pero tampoco nos destruya el pesimismo.

 

1.-

El mercado de la moda. Un escenario que no es para los tontos. 

 

En Nueva York  durante 2016-19 asistí a diferentes ferias de comercio de moda y suministros. En las ferias se podía sentir el estupor de un mal presagio por venir, en “Premier vision”, la feria francesa de suministro de calidad por excelencia, se creaba un rubor maligno en cada uno de sus participantes, incluyéndome. En las conferencias “académicas” dentro de la feria, se hablaba de una fuerte crisis que poco a poco se entrañaba, en los pasillos la industria seguía luchando por mantener los mínimos de compra, los precios y la imparable producción.
Sabemos que irremediablemente hay detrás de todo esto un declive que viene y que no va a parar; en Pitti Uomo en Florencia, Italia, la meca de la moda masculina para muchos,  se exhiben miles y miles de metros cuadrados de colecciones temporada tras temporada, lo que para mi resultaba en pequeños infiernos, miles de marcas queriendo ganar un lugar en el mercado, productos desarrollados sin ningún fin mayor que la compra y venta al “price point” que el propio mercado determina. Ese lugar no se sentía como un lugar cálido, amable ni natural, sino todo lo contrario, el snobismo de los mas poderosos a costa de la explotación de muchos, una superficie lustrosa y un contenido interno del que nadie quería ahí hablar.
Por mucho tiempo he tenido un interés por el modelo de producción italiano, pero fue en China donde comencé a seguir rastro de Nápoles, Italia, al conocer a uno de los capos de la industria italiana, en su tarjeta de presentación noté que sus oficinas se encuentran ubicadas ahí, cosa que me pareció extraña, pues no es una ciudad cosmopolita, ni conocida mundialmente, pero es un puerto, es ahí donde muchos de estos productos se confeccionan, un área manufacturera de moda de lujo y un lugar distinto a como lo imaginamos (supe de todo esto al leer más de “Gomorra” un libro de Roberto Saviano), un lugar en donde el crimen organizado gestiona mucho más de lo que todos creemos de la industria del lujo global.
En China estuve con los líderes de todas las asociaciones civiles que regulan los mercados internacionales, a mis 33 años estaba jugando a la política en serio, exponiendo la oligarquía que vive México en textil desde hace décadas en una ceremonia organizada por los gobiernos tanto federales como estatales de China. En el tercer piso de un hotel de forma un tanto clandestina pero en un orden totalmente diplomático se nos llevó a dialogar sobre sostenibilidad, inteligencia artificial, proteccionismo..  ahí también estaba Brasil y Guatemala a mi lado, siendo nosotros el bloque latinoamericano. Entre fiesta y banquete se habló de Bolsonaro, de Xi Jinping, todo fuera del ojo de Instagram y Facebook, pero sí de We chat.  Rusia usaba lentes obscuros todo el tiempo, este hombre de muy pocas palabras pero de muy buen humor que parecía representar a la KGB  mencionó que en los 90s trabajó en la maniobra de cambiar la fabrica de levis de EUA a México pues era 10c de dolar más barato la producción de cada jean. Reímos todos y celebramos con Irán orgulloso de ser autosuficientes frente al enemigo común EUA. Israel detenía los itinerarios y todo el tiempo a regañadientes mencionaba cómo estos malditos chinos les querían quitar su mercado. Hong Kong hablaba en voz muy baja y casi silenciosa de algunos estudiantes que desaparecían en esta guerra por ser independientes (hoy TALLER es parte de la Alianza del Belt and Road Alliance para el textil que promueve la Republica Popular China para crear alianzas comerciales en todo el mundo, sobretodo en países en vías de desarrollo).
Ahí en lo que han denominado la ciudad del textil invitada por ellos supe que el 60% de la producción mundial del textil es made in china y que toda esta gente no iba a detenerse por la simple idea del calentamiento global, que ninguno de los países dejaría de expandir sus valioso mercado y defender el lado que les toca defender, que las relaciones comerciales y de manufactura entre Italia y China son más fuertes de lo que parecen y que México resulta aún un mercado difícil para ellos, porque en esta guerra de la industria hay contrapartes.
Ya hace algunos años atrás cuando escribimos el Libro de Moda y Política investigamos y brevemente expusimos a quien le correspondía el mercado mexicano actualmente, a aquellos mismos quiénes fundaron las cámaras, quienes rigen el mercado inmobiliario de los centros comerciales y lugares con alta afluencia, pero esto se está alargando. Lo que vengo a decir aquí es que la industria de la moda no es un escenario para los tontos, ni para los simplemente estetas. La industria es un escenario político y económico complejo, un territorio en conflicto, una mesa en un banquete en donde se comparte la cena, donde el anfitrión es China y la mafia italiana se terminó el café, un banquete en el que toda la fiesta se ha ido, menos la mesa principal, la mesa que no para de brindar hablando un idioma que ninguno de los que estamos ahí podemos ni ligeramente descifrar.
Hoy este territorio se encuentra suspendido en el aire, desde hace ya algunos años presenta índices de devastación, banca rota se ha convertido en palabra común, desaceleración, sobreproducción, la política económica global ha transformado lo que es hoy la industria de la moda, y es nuestra única opción adaptarnos y comprender la industria desde una perspectiva mucho más amplia que lo que la propia industria había exigido hasta hoy.

2.-

La educación de moda está supeditada al mercado y eso tiene consecuencias. 

 

Hace ya un par de años pedía una tregua, y así como las temporadas de ropa no podían parar, las clases tenían que continuar, así la educación como la moda con un espíritu devastador incapaz de detenerse.  Habían surgido competidores que con la hipocresía que comparten con la industria copiaban programas educativos, robaban bases de datos, así como campañas publicitarias…, maestros no maestros,  un sistema corrupto a nivel muy alto y también muy bajo, se unían a la fuerza de competidores un puñado de desconocidos y conocidos viendo por el profit que la educación de moda está generando en el mercado, pero no por el profit  que la industria está generando en el país y mucho menos viendo por cuál es su impacto como educadores. Puedo afirmar que en México ni la innovación, ni el desarrollo económico es un objetivo genuino ganado en la educación de moda.
La industria de la educación es una industria tan oculta y obscura  como la industria actual de la moda, en la que podría desarrollar un recorrido que como investigadora y activista académica solo parece la punta del iceberg de una economía que no funciona.Y así a nivel personal cada vez la industria de la moda desde adentro me generaba más insatisfacción, encontraba placebo  en mercados de mayor impacto pero tarde o temprano encontraba el lado oculto de Gomorra. Y siempre regresar a mi mercado objeto de estudio era devastador, desde una perspectiva generalista no particular y mucho menos personal veo marcas nacer y morir, baja calidad en uno u otro proceso,  un desarrollo económico paupérrimo y una capacidad muy baja de integrar las prácticas promedio en una industria nacional. El ánimo ante la educación y los resultados que buscaba para mi dejó de ser optimista, porque como dice Mujica, ¿quién es un pesimista?, un pesimista es un optimista informado. La industria un territorio complejo en constante conflicto político y económico, y una tonta ilusión de muchos, una ilusión que los participantes del mercado de la educación de moda habían utilizado  para “ganar” , generar competencia, y así negociar con las expectativas de muchos.

 

3.-

No más individuos mirándose el ombligo.

Llegó el momento catarsis, lloré en una pirámide maya rodeada de científicos, sentí culpa por haber fundado una escuela de una de las industrias más contaminantes que existen, que destruyen los mares, las tierras, que se regocijan de la explotación, sentí desgracia de no poder detenerme un segundo para repensar la moda y con ello su educación. En la selva maya, en un programa educativo organizado por una red mayormente de científicos conocí el “biomimicry”,  me rodee por azar de economistas, científicos, biólogos, medioambientalistas, activistas que por voluntad propia han decidido establecerse ahí para desarrollar sus investigaciones y ahí en este grupo descubrí el poder que podían ejercer otras disciplinas sobre la industria de la moda y la urgente necesidad de estudiar la moda desde un punto de vista fuera de ella, lo cual era la respuesta al estupor personal hacia una industria hoy ya en descomposición es así que hoy creo que el aprendizaje fuera de la industria de la moda es primordial para su desarrollo interno.
Ya Stiglitz, premio Nobel de Economía, en su libro “La creación de la sociedad del aprendizaje” vino a poner punto final a toda esta catarsis, él desarrolla puntualmente  que la innovación puede darse solo desde el aprendizaje exógeno y que el aprendizaje endógeno no genera innovación, y la falta de innovación por tanto, no genera desarrollo económico, y aquí está el resumen de lo que venía poco a poco descubriendo. Lo que estoy planteando es serio; mirarse el ombligo una y otra vez no genera desarrollo económico, estudiar la moda desde la moda nos da un panorama de las prácticas promedio pero no genera por sí lo que busco al liderar TALLER: innovación y desarrollo económico;  tomaré un ejemplo muy claro para explicar este factor de suma importancia: recuerdan que en la realeza es usual reproducirse entre iguales y que esos iguales normalmente tienen fallas genéticas como problemas en la sangre o incluso síndrome de down, ideáticamente es así como se manifiesta el resultado del aprendizaje endógeno -individuos mirándose el ombligo y realezas con fallas genéticas-  y bingo! ahí esta el porqué de la grieta que estamos viendo en la industria, una falla genética, un individuo que solo se mira el ombligo incapaz de innovar y responder a una crisis que ya se veía venir.
Con urgencia así como se abren hospitales para tratar el COVID19 en estacionamientos, abrí grupos de estudio online con los alumnos ya activos en TALLER, comenzamos a estudiar el contexto de la industria de la moda, comenzamos a estudiar economía, hablamos de mercados, regímenes económicos, leemos Stiglitz, y más -el plan es dedicar el 50% de nuestros programas al estudio de la política, economía,  la cultura, la naturaleza, la tecnología, el arte, etc- y continuar con el aprendizaje de las prácticas promedio de la industria occidental, pues hay que conocer la grieta para poder atravesarla, y así cada clase se vuelve una nueva aventura, porque la innovación a eso sabe.

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Todos los que hemos abierto los ojos, tal vez,  queremos ver un futuro más brillante que no acabe con los recursos, que no vea la auto-explotación como símbolo de éxito,  que no vuelva a todos esclavos para mantener un sistema que a nadie ni a nada hemos visto beneficiar. Las grandes marcas y consorcios como Nike, Adidas, LVMH, Grupo Kering en menos de un mes han vivido el declive de su valor en el mercado hasta por un 50%, ¿por qué?, porque tal vez esta es una economía en declive, y sí,  habrá perdida de empleo, pero también habrá nuevas oportunidades. Pero estas nuevas oportunidades solo podrán verlas los innovadores, los creadores, todos aquellos que deseen construir una industria que deje de mirarse solamente el ombligo.
Yo los invito a pensar la industria de la moda diferente, como un sistema de influencia que no solo es representado por la vestimenta, sus imágenes y los actores de la superficie que ya conocemos, sino por un contexto económico, político y social, un escenario que se construye de un entorno complejo. Hoy la moda es estar en casa repensando la vida, lo valioso, dónde ponemos nuestro esfuerzo convertido en dinero, qué sostenemos y qué no. En Latinoamérica hoy tenemos la oportunidad de construir una mejor industria de la moda, no tenemos mucho que perder y si tenemos el territorio que es nuestro para ganar.

Montserrat Caballero
Entrepreneur, activista académico e investigadora en industria de la moda.
Fundadora y curadora académica en TALLER.