OLIVIER THEYSKENS. EL DISEÑADOR QUE INCORPORÓ EL OSCURANTISMO GÓTICO EN LA MODA

OLIVIER THEYSKENS. EL DISEÑADOR QUE INCORPORÓ EL OSCURANTISMO GÓTICO EN LA MODA

El de Olivier Theyskens es uno de esos casos que resultan anormales en la industria de la moda de este siglo, consagrado como genio y “superestrella” de la moda a inicios de los dos mil, la última década ha significado la discreción total, aún cuando hace unas semanas presentaba su catorceava colección bajo su sello homónimo en la semana de la moda de París, desde que la reviviera en el 2016, y en su currículum se reconozca su paso por la dirección creativa de casas históricas como Nina Ricci, Rochas y Azzaro.

Caroline Trentini en una de las primeras creaciones de Theyskens para Nina Ricci, fotografiada por Irving Penn, Vogue 2007
Caroline Trentini en una de las primeras creaciones de Theyskens para Nina Ricci, fotografiada por Irving Penn, Vogue 2007.

Nacido en Bruselas en 1977, su formación en artes por la École Nationale Supérieure des Arts Visuels de La Cambre terminó de forma abrupta cuando decidió optar por el emprendimiento y lanzar su firma, que ganó impulso en la segunda mitad de la década de los 90 gracias a las figuras de Isabella Blow y la estilista Arianne Phillips; su colección debut en la semana de la moda parisina titulada “Gloomy Trips” fue alabada por la crítica y definida como una “extravagancia gótica” que abrió un período consagrado a la estética oscura, decadente y romántica que contrastaba con la hiper sexualización de la época.

Madonna abanderó parte del  éxito y fama de Theyskens al incorporar su propuesta a la imagen mística y esotérica que produjo durante su era “Ray of light”, portando sus diseños de ecos decimonónicos y vampíricos en galas, presentaciones y el videoclip de “Frozen”.

Las creaciones para Rochas gozaron de prestigio como un híbrido entre el prêt-à-porter y la alta costura. Nicole Kidman en Rochas por Theyskens fotografiada por Irving Penn, Vogue 2003.

Bautizado entonces como el diseñador de la moda neogótica, y padre del demi-couture, un modelo de confección que hibridaba la exquisitez de la alta costura francesa y la el enfoque comercial y masivo del prêt-à-porter, Theyskens rastrea los orígenes de su fascinación por esa estética mórbida en su juventud en Bruselas, por entonces hogar de una escena underground plagada de subculturas, su arquitectura “resquebrajada y decadente”, y la música de artistas como The Cure y Björk, imaginario que se convertiría en un sello que reinterpretó a su paso por Rochas, Nina Ricci y Theory, bajo el beneplácito de figuras como Anna Wintour pero con un éxito comercial limitado que lo transformó en una rara avis.