Biotextiles: un avance prometedor hacia la industria de la moda sostenible

Biotextiles: un avance prometedor hacia la industria de la moda sostenible

En la búsqueda por alcanzar la sustentabilidad en la industria de la moda, muchos esfuerzos, provenientes de sus diferentes actores, han sumado una amplia variedad de propuestas con futuro previsible. De ellos, hay uno en particular que, pese a que está en fase de prueba, es muy prometedor: los biotextiles.

Según el diario La Nación, de la tríada biología-tecnología-diseño, nacen los textiles biofabricados. Estos se producen mediante “organismos vivos (bacterias, hongos y levaduras, entre otros) que funcionan como fábricas de fibras textiles. Fermentados y cultivados en un laboratorio, pueden ser modificados genéticamente o no”. En este proceso es muy importante la tecnología, pues gracias a ella se pueden realizar los mecanismos necesarios para lograr estos procesos.

El valor de esta terna recae en varios aspectos. El primero, contribuye a la reducción del impacto ambiental de la industria con la disminución de textiles no degradables y de procesos de coloración altamente dañinos. Un ejemplo es el trabajo de Intech Digital, quien ha creado una forma de pigmentación sin agua mediante un programa digital, evitando así usar grandes cantidades de esta para teñir diferentes prendas.

Asimismo, motiva la inclusión de la moda circular con proyectos como Mylium, marca holandesa centrada en convertir los residuos de biomasa en productos de alta calidad; su nombre proviene del producto obtenido de los hongos que es versátil, natural, sostenible, biodegradable y seguro para la piel humana, además de resistente, ligero y flexible.

Representa un gran avance tecnológico no solo para la industria, sino también para la historia humana. Las pasarelas de Iris Van Herpen, por ejemplo, han dejado atónito a más de uno con sus impresionantes looks hechos con capas diseccionadas y voluminosas, vestidos esferoidales, y prendas translúcidas teñidas con gradiente que están plisadas a mano.

Además, permite la conjunción de mundos que era inimaginable. Un ejemplo es la colaboración entre el Laboratorio Kobor y la escuela de moda del Vancouver Community College en Columbia Británica, Canadá. De esta surgió un proyecto para mostrar el trabajo científico sobre genética humana y epidemiología mediante prendas, que se logró porque encontraron patrones visuales muy interesantes en los elementos estudiados. Otro ejemplo fue Descience, el proyecto fundado por el ex neurocientífico, Yuly Fuentes-Medel,  junto con otros miembros tanto de la ciencia como del diseño gráfico y textil.

No obstante, pese a que muestra beneficios importantes para la industria en términos de sustentabilidad, muchas producciones aún están en periodo de prueba porque sus efectos a largo y corto plazo en el uso diario siguen sin ser vistos. Por ello, LabioTech, el medio digital europeo especializado en biotecnología, señala que los esfuerzos alrededor del mundo por incluirla en los procesos de producción de moda y en redimir sus efectos están aumentando significativamente, pero es necesario que estos avances lleguen al nivel industrial para que su impacto en los aspectos mencionados sea realmente notorio.

La creación de textiles biofabricados es un avance muy importante es el desarrollo de la industria de la moda con perspectiva sustentable que, aunado con la moda digital, se está volviendo una de las principales tendencias a nivel mundial.

 

Pamela Vázquez, estudiante de Ciencias de la comunicación en la UNAM especializándose en la industria de la moda y miembro de la comunidad estudiantil de TALLER fdp