El futuro de la historia: entrevista con Tanya Meléndez

El futuro de la historia: entrevista con Tanya Meléndez

La pandemia por COVID-19 impactó significativamente en muchos sectores, entre ellos la industria de moda, donde los museos, que registran su historia, son una parte muy importante en ella. Por eso, platicamos con Tanya Meléndez, curadora del Fashion Institute of Technology de Nueva York sobre el futuro de la historia que, por supuesto, incluye a los museos.

El cambio que le espera a la industria de la moda, ¿en qué aspectos será beneficioso y en cuáles perjudicial?

Siendo optimista, es una oportunidad para que muchas de las prácticas que ya no estaban funcionando en el mundo de la moda se puedan redefinir. Por ejemplo, el calendario de los desfiles ha sido abandonado muy rapidamente por varios diseñadores porque ya no funcionaba desde hace tiempo. El orden de las temporadas ya es obsoleto; la moda ya no gira entorno a dos temporadas. Son ajustes que representan un cambio positivo para entender las nuevas realidades.

Lo que va a ser muy difícil es que, como el poder adquisitivo del consumidor va a sufrir un desequilibrio económico importante que no les permitirá pagar por artículos secundarios, a las marcas con menos experiencia y una economía inestable, les resultará difícil sobrevivir. Si hay una economía menos potente, hay menos dinero para cosas no esenciales, como la moda.

Tanya considera que la situación actual fue el catalizador para que esto pasara y que en tiempos normales no se habría dado así. No se había abandonado el formato de los desfiles porque todavía ayudaban a diseminar la información y darles sentido a las colecciones. Ahora que ya no hay posibilidad de organizar eventos con múltiples invitados, entre ellos medios y compradores, hay tiempo para desarrollar la creatividad y contar las historias de nuevas formas.

“Es muy difícil reinventar el sistema porque intervienen muchos actores: prensa, diseñadores, marcas, consumidores, etcétera. Implica reeducar a los públicos, crear nuevas plataformas para diseminar el producto y establecer networking con compradores. Es un esfuerzo conjunto, pero esta situación es tan extrema que puede generar cambios radicales”.

Uno de los intentos para implementar el cambio en México, fue Fashion Week Digital, pero resultó muy precipitado para Tanya: “me dio la impresión de algunos presentaron cosas que ya había producido y no de la manera en que se debería mostrar una colección completa. Estuvo bien juntar los fashion films de todas las marcas, pero estos no cumplen la misma función que un desfile, mediante el cual se presenta formalmente una nueva colección”.

Si se reducen las temporadas y drops de la moda, ¿cómo cambiaría el registro cultural mediante esta?

Ha habido momentos históricos importantes, como la Segunda Guerra Mundial, que interrumpieron procesos creativos, pero a su final, estos son retomados.  En las crisis hay pausas, cambios, oportunidades, ideas. Seguramente algo similar estamos viviendo.

En la actualidad, la industria se está inclinando cada vez más hacia la sustentabilidad y el recato del consumo, entre otras cosas. Entonces, ¿cómo será el regreso a la estabilidad en comparación con la década de 1950, donde el glamour que se perdió durante la guerra se recuperó ferozmente?

Yo creo que no será tan recatado el regreso. Hay gente, como yo, que ansiamos volver a vestir especial y hablar de la moda en todo momento porque la industria y el modo de vestir sirven para que la gente se muestre ante sí y ante los demás; esto no va a desaparecer. Quienes son sustentables lo seguirán siendo y quienes no, muy probablemente no lo serán después de la pandemia.

Sin embargo, sí considera que habrá un par de años en los que gran parte de las personas no tendrán dinero para comprar moda, y mucho menos sustentable porque a esa gente, de clase media para abajo, no le es rentable ese estilo de consumo.

Mientras la sustentabilidad no penetre los mercados masivos, seguirá siendo un lujo; tiene que venderse como algo esencial y a precio de básicos. De esta manera, solo veo futuro para pocas marcas, que ya tienen saturado el mercado que puede pagar la moda ética. No hay impacto ecológico significativo si las grandes masas no tienen acceso a la moda sustentable.

 

Una gran crisis museística

Los museos en EE.UU., a diferencia de los mexicanos que son públicos, dependen mucho de procuración de fondos mediante galas para obtener los recursos del año siguiente. La pandemia llegó en las fechas de celebración de estos eventos, por lo que varios de ellos se tuvieron que cancelar pese a que los preparativos que ya estaban muy avanzados.

Por ejemplo, la cancelación de la MET Gala, en términos museísticos, significa que el museo no pudo hacer la procuración de fondos para el próximo año fiscal. Hubo enormes pérdidas monetarias y endeudamiento para el año fiscal siguiente.

Las exposiciones, por su parte, quedaron en pausa. Para el MFIT, planearlas no es barato ni sencillo porque normalmente son colaboraciones internacionales que requieren que los objetos vuelven de un lugar a otro con seguros pagados. “Ahora, las colecciones se quedaron atrapadas en un país y ya no pudieron cumplir con sus itinerarios, pero hay seguir dándoles mantenimiento y extender sus seguros”, señala.

También se vieron afectas las conferencias, cuya función es diseminar la investigación académica, pero también son oportunidades para que se intercambien ideas y se creen proyectos, porque los curadores y académicos no pudieron viajar.

Prácticamente, todas las fuentes de ingresos se pausaron, incluso las menos obvias, como las clases impartidas por artistas o la renta de las instalación del museo.  Por ende, muchos trabajadores de la cultura en EE. UU. perdieron sus empleos, como los transportistas o quienes se encargan de hacer los embalajes.

Todos los ingresos que se tenían contemplados gastos básicos ya no llegarán, pero esos se tienen que seguir pagando. Hay lugares que definitivamente quebrarán.

¿Consideras que cambiará la forma de curar exposiciones? ¿Cuál será la intervención tecnológica en este proceso?

Ha habido mucha experimentación. Aquí siempre tenemos la manía de que todo sea perfecto, pero la emergencia ha hecho que nuestro modo de trabajar sea más libre y experimental porque nos hemos sumado a plataformas que son así, como Instagram. No sé si será un cambio a largo plazo porque en EE.UU. la cultura de resolver con escasez no es tan fuerte como en México.

Dado que en los últimos años el desarrollo de la industria de la moda en México ha crecido, ¿crees que se avecine la apertura de museos sobre ella aquí?

Los museos son un proyecto sumamente costo. De entrada, se necesitaría que el gobierno o algún privado quiera invertir porque es casi un proyecto de vida o un hijo: implica el compromiso de mantenerlo, apoyarlo y hacerlo crecer. No veo condiciones para que esto suceda en los próximos 50 años. Incluso no creo que sea la mejor decisión abrir un museo dedicado exclusivamente a la moda, aunque tal vez sí organizar colecciones, como el Costume Institute del MET. Es difícil incluso para nosotros, que sí nos dedicamos enteramente a la moda, porque esta no es comúnmente considerada un arte, por lo que lo sería muy controversial crear uno en países con niveles de pobreza importantes. Políticamente no lo veo viable. Pero trabajar colecciones como las del Franz-Mayer, el Soumaya, el Museo de Historia, la Cineteca sería una buena opción.

 

Pamela Vázquez, estudiante de Ciencias de la comunicación en la UNAM especializándose en la industria de la moda y miembro de la comunidad estudiantil de TALLER fdp