Moda e ideología  ¿Qué nos dice el arreglo personal de los candidatos a la presidencia?

Moda e ideología ¿Qué nos dice el arreglo personal de los candidatos a la presidencia?

Se sabe que el lenguaje corporal expresa a veces más que nuestras palabras. Y en ese lenguaje corporal la ropa que usamos, y nuestro arreglo personal, es indicio de nuestro estado de ánimo, creencias, situación social, económica y otras expresiones de la sociedad en que vivimos.

El marketing político ha incorporado, dentro de sus estrategias, algunas reglas y fórmulas para que las y los políticos comuniquen de mejor manera sus propuestas y puedan conectar emociones e ideas con el público.

En este contexto electoral, los candidatos a la presidencia no han estado alejados de la convención que dicta lo que deben ponerse y su cuerpo debe comunicar. Asesores y agencias han trabajado, no nos quede duda, para que AMLO, Meade, Anaya y el Bronco muestren la mejor imagen de sí mismos. Si lo lograrán o no, y cómo eso influirá en la obtención de votos, requiere de un estudio más a fondo.

Basta por ahora con observar que, más allá de fórmulas y estrategias, cada uno de los candidatos denota algo de su personalidad e ideología en la ropa que usa.

Hemos visto a AMLO usando traje pocas veces, es más común verlo de pantalón y camisa -muchas veces de manga corta-, alguna chaqueta, sombrero, gorras; no es común verlo peinado. Se entiende de un candidato que ha hecho de la calle y la gente su mensaje de campaña.

Por otro lado, tenemos a Ricardo Anaya que se nota cómodo de traje, lleva camisa de manga larga casi siempre, su reloj sobresale, su corte de cabello está cuidado y en forma. Es la pulcritud, diríamos, en imagen. Un candidato que boxea con camisa, que muestra su argolla de matrimonio y utiliza gafas clásicas.

El Bronco, haciendo honor a su nombre, suele usar pantalones de mezclilla con chamarra o chaleco de piel, no se ve incómodo con traje, usa sombrero, su cabello está siempre cuidado. Es un empresario del norte cuyo arreglo denota su origen geográfico y posición social.

José Antonio Meade ha hecho campaña vestido de camisa y saco, de la ropa con el logo de su partido. Viene de la función pública donde todo es protocolario. Viste de colores sobrios, las camisas siempre blancas o azules. No se distingue mucho de Anaya, excepto porque sonríe con más facilidad.

Las personas se identifican con unos y otros. Los candidatos son, al final, una muestra de la sociedad que somos. La conexión que se establece con ellos depende, a veces de nuestras similitudes, a veces de nuestras aspiraciones. Habrá quienes prefieran a Meade o Anaya, no por sus ideas sino por bien vestidos -ya pasó con nuestro actual presidente-. Habrá quienes encuentren en AMLO alguien más cercano a su realidad social; otros verán en el Bronco la imagen de un hombre con el que simpatizan por su imagen. Las mismas razones determinarán un voto en contra. No se votará por AMLO por despeinado y poco formal. No se votará por el Bronco por que usa botas -y recuerda un pasado que no se quiere-.

En todo caso, lo que se muestra aquí es que la moda comunica. Observarla se vuelve entonces, un ejercicio pertinente y enriquecedor para analizar valores, emociones y preferencias dentro de nuestra sociedad.

Por: Diana Marenco, Académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM. Tutora en TALLER Fashion Development Project