¿Cuál es el origen del corset?

En el imaginario cultural, el corset está muy relacionado con la época Victoriana y los vestidos vaporosos que destacaban diminutas cinturas, pero históricamente podemos situarlo en una época antes de Cristo: en la Isla de Creta se llevaba un prenda que estilizaba la figura para mostrar los senos por fuera de la ropa. En la antigua Grecia y Roma se usaba para reducir el tamaño del busto.

El corset ha sido uno de los inventos más estilizadores de la figura femenina (y a veces masculina), pero en su cúspide se le conocía por dejar sin respiración e inconscientes a las portadoras. Catalina de Medici, durante 1550, se encargó de prohibir las cinturas anchas en la Corte Real de Francia y su uso se hizo casi obligatorio por esto.

También es importante remontarnos al siglo XVIII, cuando el negocio de ropa interior era exclusivo de hombres. Con la Revolución Francesa, las mujeres comenzaron a confeccionar corpiños, lo primero que se hizo fue decir adiós al corset y hacer más cómodo y flexible el ya mencionado corpiño; además que en durante ese periodo se tomaba al corset como un instrumento que causaba abortos por lo ajustado que se usaba. Para 1820 se volvería a usar con frecuencia.

Cuando la humanidad salta al siglo XX, las mujeres pedían siluetas más naturales, por lo que el corset se limitó a ser usado por personas en altas esferas sociales o para situaciones más teatrales.

En la actualidad, es una prenda común en círculos de BDSM y para actos de burlesque. Su fabricación es más flexible y las varillas hacen una labor de contención, pero no crean problemas como lo hacían los primeros modelos.

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