FASHION CITIES: LOS NÚCLEOS DE LA VANGUARDIA Y EL ESTILO

FASHION CITIES: LOS NÚCLEOS DE LA VANGUARDIA Y EL ESTILO


“La moda no creo que se pueda encasillar o reducir a un único lugar. Es una forma de arte y por tanto hay miles de perspectivas. La moda avanza con la sociedad, la tecnología y la economía no es estática, por tanto, siempre habrá diferentes epicentros.”
Sentencia Ángela Membrado, redactora de moda en la revista digital HIGH XTAR recalcando el valor intangible de la diversidad y la pluralidad.

Se denomina capital de la moda a aquella ciudad que tiene un gran poder de influencia en todo lo relacionado con el sector. Es una urbe que marca las tendencias que se dan en la moda internacional y se convierte en un núcleo central para la industria, ya sea para desarrollar actividades como el diseño, la venta, el establecimiento  o la producción de todos los productos relacionados con la moda. Las capitales de la moda se definen debido a la importancia que cumple la industria de la indumentaria en la economía y el turismo de estas mismas. 

Es por ello que son reconocidas a nivel mundial por su calidad y prestigio en diseño, manufactura y eventos de moda, así como las pasarelas más importantes y Fashion Weeks que son visitadas cada año por personas de todo el orbe. Estas urbes son lugares emblemáticos, caracterizados por su historia y patrimonio cultural, por ser el núcleo de formación y nacimiento de los primeros diseñadores de moda, costureras y sastres que construyeron la industria como la conocemos ahora. 

Usualmente estas ciudades son las que definen y emanan la inspiración para aquello que se va a usar en las siguientes temporadas a nivel mundial, así mismo acogen eventos de moda y ferias que generan grandes resultados económicos e infieren en la exposición de esas novedades o tendencias, que después se irradian al resto de núcleos cosmopolitas. 

En la última década estos espacios se convirtieron en un escaparate que más allá de las propuestas vanguardistas y creativas en cuanto a pasarelas y colecciones, congregaron en las calles a asistentes, paseantes y curiosos, con propuestas estilísticas que empataron con la misma aura vanguardista y creativa de las propuestas, y que dotaron a las urbes de un lenguaje visual propio a través del conocido street style, viralizado en los primeros años de la pasada década por una horda de fotógrafos especializados y ahora mediante el soporte digital de Instagram.

El circuito universal de la moda atraviesa cuatro puntos estratégicos anualmente desde hace décadas: Nueva York, París, Milán y Londres, sucediéndose las grandes citas del sector  en los llamados ‘epicentros de la moda’. Periodistas y expertos de la industria (a los que en los últimos tiempos se han sumado ‘bloggers’, ‘influencers’ y ‘youtubers’) se desplazan estrepitosamente de un enclave a otro, tratando de dar cobertura a todos y cada uno de los desfiles y presentaciones que tienen lugar cada temporada.

Gracias a la rápida globalización el panorama urbano influyente ha comenzado a dejar atrás los tradicionales cuatro epicentros de la moda, para pasar el mando ahora a otros núcleos, que como puede advertirse, se trata de enclaves estratégicos de naciones con un crecimiento acelerado o potencial.

Estos factores han permitido figurar a nuevas “capitales” influyentes dentro de la industria de la moda, y con ello el surgimiento de nuevos diseñadores, tendencias locales que han pasado a lo global, turismo y actividades de ocio así como diferentes conceptos.

Por otro lado, estas nuevas capitales de la moda se han transformado en  el escenario perfecto para establecer nuevas alianzas políticas y empresariales, al tiempo que se promueve el diálogo e integración con otros ámbitos como el cultural, artístico y social.

Una de las urbes en boga, dentro del panorama europeo, Berlín, ha sido una capital de cambios constantes, sus antecedentes históricos son prueba de que esta gran ciudad se sigue renovando, siendo ahora considerada como una capital de la moda. Posee una gran cantidad de concept stores, eventos como el Berlin Fashion Week, y títulos como Capital del Diseño en 2019. La capital germana de pasado tumultuoso ha sido identificada sobre todo en el período de entreguerras como un núcleo vibrante de arte y cultura, que sin duda influyó en diseñadores como Jil Sander y otros nombres con “pasión tácita por lo avant-garde”. 

Otro de los nuevos centros neurálgicos de la moda es la capital nipona; Tokio, ha pasado a convertirse en un imán de atención del diseño de moda, gracias a nombres que ya ocupan un lugar destacado en la historia de esta industria como Rei Kawakubo con Commes des Garçons, Yohji Yamamoto, Kenzo Takada, Kei Ninomiya y Junya Watanabe. De Tokio destaca su visión única de la moda que mezcla el purismo de formas, la sobriedad en contraste con lo llamativo de sus subculturas manga, su pasión por el lujo occidental, poder adquisitivo y gran innovación tecnológica que ha tenido Japón desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Antes de la escalada del conflicto actual con Ucrania, Moscú se posicionaba como una de las ciudades más vibrantes en cuanto a propuesta de moda. La guerra que ha arrastrado a su élite política y económica, los oligarcas, al ostracismo mundial también puso de relieve la importancia que le país y su capital representaban para la moda y el lujo occidentales, con ingresos por y actores destacados como las otrora “reinas del estilo” y predecesoras de los influencers, las it-girls y entrepreneurs rusas Miroslava Duma, Ulyana Sergeenko, Lena Perminova y Vika Gazinzkaya.

Shanghai, el puerto más grande de la China continental ha representado por siglos la ventana de esta nación al mundo, y aunque Beijing es oficialmente la capital político-administrativa, la megalópolis de la costa oriental del Mar de China es el epicentro del poderío económico, tecnológico y creativo de la segunda potencia del orbe. Medios como The Business of Fashion ya han augurado su potencial de convertirse en la capital mundial de la moda, al tiempo que la nación se alza como la principal potencia económica.

En años recientes Shanghai no sólo ha experimentado la fiebre de convertirse en un mercado deseado para el lujo occidental, como uno de los puntos estratégicos del llamado marketing focalizado, que ha llevado a empresas como Prada y Chanel a crear estratégias de mercado especialmente para los consumidores de la urbe, sino también en cuna del diseño “Made in China” y de las propuestas más novedosas de los creativos chinos.

En el caso Latinoamericano, aunque de crecimiento todavía tímido en cuanto a una propuesta innovadora y tajante, la Ciudad de México con su fusión de culturas innegable se ha posicionado como la urbe con mayor potencial en el rubro de la moda. En 2017 el Massachussets Institute of Technology la nombró “capital de moda emergente” y uno de los principales mercados para el lujo en el que enfocarse. Los resultados post pandémicos le han favorecido en la demanda de sus habitantes en cuanto a moda, mientras una escena de diseñadores que exploran la riqueza mexicana y la herencia hispánica y latina en el contexto global han comenzado a emerger con fuerza.

Sea por el constante movimiento político-económico o por el reajuste cultural y turístico producto de la interminable pandemia, o en meses recientes el conflicto ruso-ucraniano, las antiguas capitales de moda también han sufrido cambios en su poderío, legando su influencia a núcleos potenciales como epicentros de la moda.


Eunice Belén Cruz es estudiante del Creative Lab en Trends Análisis: Observatorio para innovación estratégica en la industria de la moda.

(Edición y corrección por J. Fernando De los Santos)