Black Friday y Buen Fin: la tóxica relación que tenemos con el sobreconsumo
Si algo funciona como recordatorio de que estamos a nada de terminar el año, es la campaña de marketing que ha arrasado el mundo entero teniendo sus variaciones internacional y digitalmente: el Black Friday. Se trata del tercer viernes de noviembre, justo después de la celebración de Thanksgiving, un día en el que una gran cantidad de tiendas ofrecen precios extremadamente bajos y descuentos similares a los de liquidación.
Inicia como tal en Estados Unidos a finales de 1980, una época en la que se comienza a percibir un incremento en nuestros patrones de consumo material como humanidad, después de un notorio beneficio económico de las compras impulsivas en masa.
Eventualmente, con un boom de sobreproducción y una cultura de consumo muy arraigada en los estadounidenses, el Black Friday se reconoció internacionalmente por la expectativa colectiva días antes, comportamientos salvajes entre personas por productos y un claro crecimiento en los ingresos del país. Así, se convirtió en un fenómeno global y se fue replicando en países europeos, latinoamericanos y del Medio Oriente; desarrollando también la alternativa de compra digital conocida como Cyber Monday.
En México en el 2011, como iniciativa del gobierno y la industria privada, se originó el Buen Fin; un fin de semana en el que empresas participantes bajan sus precios o crean ofertas fuera de lo común para llamar la atención de millones de consumidores con la finalidad de reactivar la economía nacional por medio del consumo. Este año se lleva a cabo por 12 días, dada la situación en la que vivimos con la pandemia del coronavirus, para evitar conglomeraciones en tiendas físicas.
El hecho de que continúe este evento a pesar de limitaciones sanitarias hace notar la efectividad del consumo impulsivo, somos capaces de dejarnos llevar por los números en rojo con una facilidad que el capitalismo reconoce. En ciertos casos se puede tomar ventaja de estos descuentos, pero el hecho de esperar este día para hacerse de productos que no se necesitan con tal de pagar menos hace ver que en otros casos, la estrategia de mercadotecnia nos gana.
¿Cómo podemos aprovechar realmente el Buen Fin, Black Friday o Cyber Monday? Simple, premeditando nuestras compras o no consumiendo en absoluto. Existen campañas activistas que han surgido de estos eventos como el Buy Nothing Day, que es el día mundial sin compras y se realiza en la misma fecha que el evento estadounidense siendo este año el 28 de noviembre. Como protesta, se invita a las personas a no comprar nada durante la jornada que suena sencillo pero resulta casi imposible para nuestras costumbres.
Otra alternativa es mantener el hábito de preguntarse antes de comprar algo: ¿lo necesito, para qué me sirve, qué tanto uso le daré, qué haré con esto cuando termine de beneficiarme?
Estos días de noviembre, toma tus propias decisiones al poner tu dinero en un producto, analiza la verdadera ganancia que tendrás con los descuentos y, en caso de comprar en tienda física, como medida sanitaria, haz una preselección de lo que necesites para evitar pasar mucho tiempo en multitud.
Aitanni Carranza, diseñadora industrial por parte de la UABC, miembro de la comunidad estudiantil y área de marketing de TALLER fdp.