Fashion & Food: Guía para una industria orgánica
La industria de la moda y la industria alimentaria tienen un gran impacto en común; ambas necesitan de la tierra para obtener su materia prima y de esa conexión nace una responsabilidad ambiental que buscan reivindicar. Uno de los pilares de poner en práctica un estilo de vida sostenible es la relación que tenemos con la comida. Las dietas sostenibles nos enseñan a consumir un bien necesario para vivir, en este caso la comida, de la mejor manera: conociendo su origen, buscando nutrirnos y evitando el desperdicio, impactando lo menos posible en el medio ambiente.
Para reducir los desechos generados por la comida es vital que reconozcamos la relación entre la producción y consumo, y los requerimientos al igual que recomendaciones nutrimentales, entendiendo que nuestra salud está conectada con la salud de los ecosistemas. El desperdicio de alimentos se refiere a la disminución en la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los minoristas, los proveedores de servicios alimentarios y los consumidores, es así que la comida se desperdicia de muchas formas. Son desechados los productos frescos que se desvían de lo que se considera óptimo, en términos de forma, tamaño y color; también los alimentos que están cerca de la fecha de caducidad son rechazados por los minoristas y consumidores. A menudo, grandes cantidades de alimentos comestibles sanos no se utilizan o sobran y se desechan de las cocinas domésticas y los establecimientos de comida. Esto es posible compararlo con la moda y su ágil movimiento entre producción, consumo y desecho.
Ya que comparten métodos en su cadena de suministros, una menor pérdida y desperdicio de alimentos y ropa conduciría a un uso más eficiente de la tierra y una mejor gestión de los recursos hídricos con impactos positivos sobre el cambio climático y los medios de vida. En gran medida, la sostenibilidad en la moda depende de la sostenibilidad en la agricultura, al menos en lo que respecta a los tejidos derivados de productos agrícolas de base biológica.
Además de esto, la moda puede aprender mucho de la manera en la que las dietas sustentables han ganado relevancia social. Esta industria puede buscar inspiración e influencia en la industria alimentaria para volverse más transparente y sostenible. Proporcionar recursos y apoyo a los proveedores y cambiar el marketing en torno a opciones sostenibles son algunas de las lecciones que la moda puede aprender de los alimentos. Una buena estrategia de comunicación y soluciones a pequeña y gran escala son parte de las acciones que han hecho popular a la comida orgánica. Aprovechando que existe un público que está comprometido con tener una dieta sostenible será cada vez más sencillo replicar esas acciones en la manera en la que se consume la moda.
Hacia una industria orgánica bien entendida
Ciertamente persisten las prácticas derrochadoras y ecológicamente dañinas de la agricultura convencional, pero han generado suficiente reacción de grupos ambientalistas para promover la creación de nuevos estándares agrícolas orgánicos, ecológica y socialmente conscientes. A mediados de la década de los noventa, la industria de alimentos orgánicos, todavía un nicho de mercado, buscó irrumpir en la corriente principal. Sin embargo, en ese momento, los consumidores tenían poca comprensión de lo “orgánico”. A lo largo de los años, la creciente preocupación por los problemas de salud, los pesticidas, los riesgos potenciales de los alimentos modificados genéticamente, el daño ambiental resultante de la agricultura industrial y los derechos de los animales ha llevado el interés por los alimentos orgánicos a la vanguardia de la conciencia pública.
Los alimentos orgánicos pueden costar un poco más de dinero que los alimentos industriales procesados, pero la gente ahora entiende que ahorrar unos centavos puede tener enormes costos para su salud, el medio ambiente y el bienestar de los trabajadores. Las empresas ecológicas han demostrado ser exitosas al convencer a los consumidores del valor de comprar alimentos orgánicos y han impulsado a las cadenas de supermercados e incluso a la industria de la comida rápida a unirse a este movimiento. Hemos observado el avance que tiene la sostenibilidad como tendencia en la industria de la moda, donde una cantidad de marcas de fast-fashion se han esforzado por cambiar algunos de sus procesos de producción y creado líneas de ropa completamente orgánicas.
La sostenibilidad sólo está agarrando momentum, en unos cuantos años nos sorprenderemos al voltear atrás para darnos cuenta de los esfuerzos de la industria por un modelo sostenible como el de la industria alimentaria, sobre todo a partir de la conciencia social y las nuevas decisiones de los consumidores.