IN THE MOOD FOR LOVE: EL ENCANTO DE LA ESTÉTICA CHINA EN OCCIDENTE

IN THE MOOD FOR LOVE: EL ENCANTO DE LA ESTÉTICA CHINA EN OCCIDENTE

Titulada en Hispanoamérica Deseando amar, pero conocida internacionalmente por su título anglosajón In the mood for love, esta cinta del año 2000 estrenada en el Festival de Cannes donde fue acreedora del Premio del Jurado y el Premio de la interpretación masculina, encumbró al director hongkonés Wong Kar-Wai como uno de los grandes estetas del cine, mientras posicionó a China dentro de la definición del coolness.

Protagonizada por dos de los histriones habituales del director, Maggie Cheung y Tony Leung, quienes brincaron al estrellato mundial por sus papeles de Su Li Zhen y Chow Ma Wan,  una secretaria y un periodista en el Hong Kong de 1962, cuyo amor nace de la incertidumbre al descubrir que sus respectivas parejas les han sido infieles y llevan su relación de vecinos a un estado de ensoñación amorosa y desacato, hasta que los demonios de la duda, los celos y la desesperanza lo cortan de tajo.

El filme desarrollado en un Hong Kong decadente, entre espacios oscuros y destartalados, se contrasta con la cuidada estética de sus dos protagonistas, construida de forma deliberada por el mismo Kar-wai junto al figurinista William Chang y el fotógrafo Christopher Doyle, quienes hicieron del vestuario de Maggie Cheung el protagonista absoluto de primeros planos y el referente estético del filme, dotándolo de un peso narrativo primordial para aquella historia de amor imposible y quizá unos de los vestuarios más influyentes en la historia cinematográfica y de la moda.

50 modelos, de los cuales 20 sobrevivieron al corte final, es el número de cheongsams o qipaos utilizados por Su Li Zhen en los 98 minutos de duración del filme, los cuales mediante una progresión de colores como el rosa al verde, estampados y motivos como las rayas o las flores de reminiscencia a la chinoiserie, los tejidos de gasa, encaje y seda sirven para evocar o reforzar el valor de una secuencia entre ambos personajes y sobre todo redundar en los sentimientos de Su hacía Chow Ma Wan. 

“…hicieron del vestuario de Maggie Cheung el protagonista absoluto de primeros planos y el referente estético del filme, dotándolo de un peso narrativo primordial para aquella historia de amor imposible y quizá unos de los vestuarios más influyentes en la historia cinematográfica y para la moda.

Los qipaos, prenda por excelencia de la mujer china, también se corresponden con el rigor sartorial del “muy moderno y a la occidental” vestuario del enamorado personaje de Leung, que junto al engominado cabello rememora la imagen de los galanes de la época dorada de Hollywood. 

Una de las prendas obsesión y referentes del espíritu femenino chino para los ojos occidentales, el qipao fue muy popular en la China de entreguerras y el Hong Kong donde se desenvuelve la trama, como prenda de la aristocracia exiliada en la hasta ese entonces colonia británica tras el ascenso del Partido Popular y el advenimiento del régimen de Mao Tse-Tung, cuyas políticas prohibieron ciertas indumentarias para favorecer sus deseos de austeridad traducidos en rígidas y homogeneizadas prendas, entre ellas el qipao. 

“Una de las prendas obsesión y referentes del espíritu femenino chino para los ojos occidentales, el qipao fue muy popular en la China de entreguerras y el Hong Kong donde se desenvuelve la trama, como prenda de la aristocracia exiliada…”

Su origen por el contrario, se rastrea en las ricas túnicas de las nobles manchús durante la dinastía Qing, aunque su forma ajustada que acentúa la figura y valores más modernos como el impreso carácter jovial y hedonista emanado de la imagen de Maggie Cheung en In the mood for love, se debe a obra a los sastres de Shanghai, quienes en los años 30 popularizaron esta forma de qipao entre las locales y las extranjeras, las cuales a su vez lo importaron hacia el mundo occidental para permanecer y reinventarse con diseñadores como Jason Wu, Erdem, Proenza Schouler o Marc Jacobs para Louis Vuitton en la colección primavera-verano de 2011, inmortalizando la imagen melancólica de Su Li Zhen.